La Cuaresma nos trae la imagen de María Santísima de la Estrella vestida de "hebrea". Sencillez y elegancia para un tiempo de Cuaresma que realzan, aún más si cabe, la extraordinaria serenidad que desprende Su mirada. Una Madre amorosa que nos acoge en su seno y nos invita a la reflexión y a preparación para la Semana Santa.
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